El narcisista es experto en negar la realidad de manera convincente. Puede ser desde negar eventos específicos hasta negar aspectos fundamentales de la vida cotidiana.
Por ejemplo, si confrontas a un narcisista sobre una mentira evidente que te dijo, es probable que niegue rotundamente haber dicho algo así, incluso si hay pruebas contundentes que lo demuestran.
Esta negación constante puede generar una gran confusión en la mente de la víctima, haciéndola cuestionar su propia memoria y percepción de lo que realmente sucedió.
El narcisista utiliza la negación de la realidad como una forma de control y manipulación.
Al negar eventos o experiencias compartidas, busca invalidar las emociones y la verdad de la víctima, creando así una dinámica en la que solo su versión de la realidad es válida.
Esto puede llevar a la víctima a sentirse desorientada, ansiosa y desconectada de su propio sentido de la realidad.
Además, la negación de la realidad por parte del narcisista puede ser especialmente perjudicial en relaciones íntimas o familiares, donde la víctima puede ser más propensa a cuestionar su propia percepción debido al vínculo emocional existente.
Con el tiempo, la constante negación de la realidad por parte del narcisista puede erosionar la autoconfianza y la autoestima de la víctima, dejándola vulnerable a un mayor control y manipulación.
En resumen, la negación de la realidad es una táctica comúnmente empleada por los narcisistas para confundir y controlar a sus víctimas.
Reconocer esta táctica es crucial para mantenerse firme en su propia verdad y protegerse de la influencia destructiva del narcisista.
